jueves, 30 de octubre de 2008

Sorpresas que no lo son tanto.

Leo hoy que la Reina Sofía realiza unas declaraciones en el último libro de Pilar Urbano en las que se cuestiona una serie de tesis de actualidad. Desde el aborto, del que está "En absoluto" a favor, pasando por la eutanasia, de la que dice "No soy partidaria. La vida y la muerte no están en nuestras manos. ¿Muerte digna? Totalmente de acuerdo" o, y aquí viene el percal, el matrimonio homosexual, del que dice literalmente "Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es."

La opinión de la monarca consorte acerca del matrimonio gay ha levantado ampollas ipsofactamente, consiguiendo que las plataformas homosexuales pidan que se retracte. Más ha escocido su concepción del orgullo gay: la Gueina ha declarado "comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿Qué se suban a una carroza y salgan en manifestaciones? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico".

Quizás la Reina debería plantearse el origen de determinados días festivos modernos. El día de la mujer trabajadora, por ejemplo, tiene un origen reivindicativo, puesto que coincide con una desagradable efeméride. Lo que pasa es que, como toda festividad, se pierde el sentido y se olvida el motivo.

Como hombre blanco y heterosexual no tengo ninguna queja del mundo: los de mi "clase" lo han tenido siempre fácil. Pero ella, como mujer, debería tener tatuada en el alma la palabra LUCHA. Como persona de clase alta con acceso a educación desde que era joven (y no tenía que trabajar en el campo con seis añitos, como mi madre) debería plantearse el origen de determinadas fiestas. Y como Monarca que es, debería evitar meterse en fangales como ha hecho hoy.

Aunque claro, estas cosas que debería hacer la Reina Sofía como mujer, como persona de clase alta y como monarca se ven más que emborronadas con su razonamiento sobre la enseñanza de Religión en los colegios: "Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".

Eso. Enseñemos lo obvio, querida Sofía. Y ya de paso les enseñamos a no plantearse por qué los monarcas perviven en el siglo XIX, a no plantearse por qué cada vez que abren la boca sube el precio del pan y a no plantearse que una reina, sencillamente, no debe meterse en política.

FUENTE DE LA NOTICIA: 20minutos

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